martes, 20 de diciembre de 2016

Ayuda a la Iglesia Necesitada presenta el Informe sobre Libertad Religiosa en el mundo 2016
Un informe estremecedor sobre los ataques a los cristianos en el mundo realizado por una fundación al servicio de la evangelización  de los más necesitados

Ayuda a la Iglesia Necesitada acaba de publicar el Informe sobre Libertad Religiosa en el mundo de 2016. En él se muestra cómo en 38 países hay graves violaciones de la libertad religiosa; en 23 de ellos con persecuciones y en 15 con importantes discriminaciones.

Los grandes perseguidores son, principalmente, el radicalismo islamista y, en menor medida, las dictaduras comunistas. La religión más perseguida en el mundo es la cristiana de tal manera que 1 de cada 6 cristianos en el mundo viven en países donde sufren persecuciones (334 millones de cristianos) o discriminaciones flagrantes (60 millones de cristianos). Este Informe se publica bienalmente y es un gran servicio a la causa de la libertad religiosa en el mundo que está en verdadero peligro por la cantidad de ataques que sufre. En él se documentan y se analizan los casos de persecución y discriminación país por país.

La organización que lo publica, Ayuda a la Iglesia Necesitada, es una Fundación de la Santa Sede dependiente de la Congregación del Clero fundada en la Navidad de 1947 por el Padre Werenfried para mitigar la penuria y el hambre de la Europa postrada después de la 2ª Guerra Mundial. Fue fundamental su apoyo a la Iglesia del Silencio (la de los países situados detrás del Telón de Acero) durante la brutal represión llevada a cabo contra los cristianos en general, y contra los católicos en particular, por las dictaduras comunistas. A partir de 1962 extendió su actividad a América. Unos años más tarde, amplió su campo de acción al resto de continentes. Actualmente tiene delegaciones en más de 20 naciones y colabora a través de sus proyectos con más de 140 países de todo el mundo.

Ayuda a la Iglesia Necesitada apoya multitud de iniciativas pastorales: construcción o reconstrucción de iglesias y locales parroquiales, impresión de Biblias en numerosos idiomas, estipendios de Misas para mantener a sacerdotes y religiosos, apoyo a seminarios y casas de formación religiosa, ayudas a proyectos de desarrollo educativo, social, sanitario…

Es necesario, por tanto, rezar por los cristianos perseguidos, ayudarlos económicamente en sus necesidades e informar sobre su situación. Si no lo hacemos los cristianos, nadie se preocupará por ellos.

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