martes, 18 de julio de 2017

18 de Julio de 1936: Media España no se resigna a morir
Cuando ser católico y de derechas era sinónimo de estar condenado a muerte

La famosa frase (lo fue en su tiempo; hoy en día con la ignorancia histórica rampante es desconocida por la mayoría de la población) la pronunció José María Gil Robles.

Gil Robles era el máximo dirigente de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas, derecha católica), el único partido que no intentó acabar con la 2ª República a pesar de no estar formado por republicanos convencidos. Todos los demás (socialistas, comunistas, anarquistas, monárquicos…) conspiraron contra el gobierno legítimo. Por eso, Gil Robles sabía perfectamente lo que les esperaba a los católicos, a los derechistas, a los centristas, a los republicanos moderados, a los liberales y a todos los que no fueran marxistas furibundos si triunfaba la izquierda: el exterminio total. Es decir, lo que vivieron los españoles que quedaron en zona roja y que no eran marxistas.

Así fue que el 18 de Julio de 1936 se produjo el Alzamiento Nacional en el que media España se alzó contra el Frente Popular. Era una cuestión de pura supervivencia.

El Frente Popular era la coalición de todas las izquierdas con el separatismo antiespañol. En él se encontraban los socialistas, los comunistas, los anarquistas, los republicanos de izquierda y los separatistas vascos y catalanes. Quisieron imponer a todos los españoles sus ideas sectarias, impías, intolerantes y equivocadas. Para ello no dudaron en realizar un fraude electoral colosal para llegar el poder y ejercer desde él la violencia contra todos los que no pertenecieran al Frente Popular.

Pero no pudieron llevara a cabo sus siniestros planes. En frente de ellos se encontraron con media España que quería preservar su fe en Dios, su amor a la Patria española, su libertad, sus tradiciones y su Historia. La España verdadera, la que no renegaba de su  pasado ni de su presente ni quería un futuro soviético.

El 18 de Julio de 1936 esa media España de la dignidad y de la valentía se alzó contra el marxismo y sus cómplices y después de 3 largos años de lucha logró la Victoria por la que España se reincorporaba a la Civilización y vencía a la barbarie comunista.

Hoy, 81 años más tarde, me temo que una parte importante de la derecha en España no se da cuenta de lo que realmente ocurrió en España durante la 2ª República y la Guerra Civil y por eso no derogó de manera fulminante la infausta, ignominiosa, injusta, falsa, sectaria y revanchista Ley de Memoria (o Mentira) Histórica. En 1936 se luchó contra la mentira y el mal, en 2017 deberíamos seguir haciéndolo porque si no, luego nos lamentaremos. Ya bastantes errores y horrores están normalizados en estos tiempos en España (aborto, divorcio, separatismo, hedonismo…) como para seguir profundizando en los mismos errores del pasado. La Historia es maestra de la Vida.


viernes, 7 de julio de 2017

El ejemplo de Miguel Ángel Blanco
Se cumplen 20 años del asesinato del concejal del PP de Ermua

Miguel Ángel Blanco había nacido en Ermua aunque sus padres procedían de la provincia de Orense. Habían emigraron al País Vasco en busca de un futuro mejor, como tantos miles de españoles de otras regiones.

Miguel Ángel Blanco creció en un lugar donde era difícil expresar las ideas si éstas no eran separatistas. Se afilió al PP para defender sus convicciones y para mejorar la vida en su tierra. Sabía que formando parte del PP del País Vasco no iba a gobernar en ningún caso y no iba a vivir de la política. Trabajaba en una empresa y tocaba en un grupo musical. Era un joven normal como tantos otros que hay en España. Fue elegido concejal del PP en Ermua y comenzó a estar señalado por los criminales (los que disparan) y sus cómplices (chivatos, informadores, justificadores, ensalzadores…). Eran años duros en los que los guardias civiles, los policías, los militares, los jueces, los miembros del PP, de UPN y del PSOE del País Vasco y Navarra y tantos otros ofrecieron lo mejor que tenían: la valentía, el trabajo e incluso la vida para conseguir que se respetaran el derecho a la vida, la libertad y las leyes de todos frente a los totalitarios separatistas marxistas y sus acompañantes.

A principios de julio de 1997 se anunciaba la gozosa noticia de la liberación de José Antonio Ortega Lara. Un gran logro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad Españoles dirigidos por el eficaz, sensato y gran Ministro del Interior Jaime Mayor Oreja que formaba parte del Gobierno de España presidido por José María Aznar, sin duda el mejor Presidente del Gobierno durante el reinado de Juan Carlos I.

Los criminales separatistas quisieron vengarse y secuestraron entonces a Miguel Ángel Blanco prometiendo asesinarlo en 48 horas si no se cumplían sus salvajes exigencias. Por primera y casi única vez en la Historia reciente de España la movilización de los españoles fue general en contra del terrorismo. La imagen del padre de Miguel Ángel Blanco llegando a su casa sin saber nada de lo que pasaba y siendo rodeado por decenas de periodistas que le preguntaban por su hijo es una de las más emotivas y tristes de esos días.

La espera resultó terrible para todos salvo para los pistoleros que demostraron ser crueles y sanguinarios ejecutores de órdenes provenientes de ideologías absurdas, equivocadas, caducas y diabólicas.

Miguel Ángel Blanco era asesinado por ser español, por ser del PP, por ser una persona normal y buena, por querer libertad, por comprometerse para mejorar la vida en su región. Durante unos días pareció que España (especialmente las Vascongadas y Navarra) se iba a levantar contra el terrorismo criminal. Desgraciadamente, tuvimos que sufrir más crímenes y cobardías. Hoy en día, los criminales no asesinan (de momento) pero muchos los siguen justificando y permiten que estén en las instituciones. Es muy triste que no se ensalce a las víctimas y que sí se pueda homenajear a los delincuentes.

Que este artículo sirva de homenaje a todas las víctimas del terrorismo criminal, a todos los que defendieron la vida, la paz y la libertad en el País Vasco y Navarra (y en toda España) y que tuvieron que sufrir insultos, desprecios, ninguneos, desplantes, extorsiones, secuestros y asesinatos. Son lo mejor de la España actual.