lunes, 21 de julio de 2014

Derecha e izquierda
Las características de las dos parcialidades políticas

En España y en todo el mundo hay dos formas de entender la persona, la familia, la religión, la libertad, la sociedad, la economía, la educación…

Por una parte está la derecha representada por conservadores, democristianos y reformistas con sus políticas moderadas y, por otra parte, está la izquierda representada por los socialistas, comunistas y ecologistas con sus políticas extremistas. Entre ambas, se sitúan los liberales. Comparando los principios de ambas ideologías (derecha e izquierda) se encuentran numerosas diferencias. Son las siguientes.

  • La derecha defiende una libertad con responsabilidad en cuestiones morales, educativas, económicas, religiosas, de expresión…Por el contrario, la izquierda propone el libertinaje total en las cuestiones morales y restringe todas las otras libertades (de educación, económica, religiosa, de expresión…). 
  • La derecha propone la libertad educativa (los padres escogen el colegio para sus hijos y quien quiera puede abrir un colegio si cumple una serie de condiciones normales); la izquierda se opone (es la Consejería o el Ministerio el que sabe mejor que los padres donde deben estudiar los hijos).
  • La derecha apoya la libertad religiosa. Es el único grupo político preocupado por defender a los cristianos ante las persecuciones; la izquierda prefiere el laicismo, es decir, la prohibición de la presencia religiosa en los espacios públicos.
  • La derecha es partidaria de la libertad económica, de la economía social de mercado, de un Estado que no lo reglamente todo y que no coarte la libertad y la creatividad; la izquierda influida por su origen marxista (todavía muy vivo) mira con recelo la libertad empresarial y prefiere el control estatal de la economía, a pesar de que ahora ya sabemos que las dictaduras socialistas llevaron a sus pueblos a la miseria más absoluta.
  • La derecha defiende la vida humana y la familia verdadera, no apoya al aborto ni la equiparación al matrimonio de otro tipo de uniones (aunque algunos partidos de derechas quieran seguir en este campo las políticas equivocadas de la izquierda); la izquierda es partidaria del aborto, de la banalización de la sexualidad en la vida social, de la imposición de la ideología de género y de equiparar cualquier tipo de unión con el matrimonio.
  • La derecha respeta las raíces de nuestra civilización (Roma, Grecia y el cristianismo); la izquierda reniega de ellas. La derecha condena todas las dictaduras; la izquierda, sólo las de derechas.
En definitiva, podemos escoger entre nuestra civilización, la responsabilidad, la libertad educativa, la libertad religiosa, la economía social de mercado, la familia verdadera y el respeto por la vida humana, o bien, escoger el libertinaje, el control estatal de la educación, el laicismo, una economía socialista, el aborto y la equiparación de todo tipo de uniones al matrimonio. Ésta es la elección que debemos hacer. Optar por lo bueno (o, al menos, por lo menos malo) o dejar que otros nos impongan lo que no queremos.

viernes, 18 de julio de 2014

Ni cultura, ni Semana ni Negra
Por fin se acabó la exaltación marxistoide de la cultureta

Se hace llamar Semana Negra y afirman los que lo organizan que es un acto cultural. No parece ser ni lo uno ni lo otro. Lo pagamos todos los gijoneses, nos guste o no, y exalta el marxismo, una ideología caduca, sectaria y agresiva.

No es una semana porque dura 10 días, es decir, una década. Curiosamente, los revolucionarios franceses de 1789 también cambiaron efímeramente la semana por la década porque, ignorantes ellos, creían que la semana era un “invento” cristiano.

No es negra porque es fundamentalmente roja. Unas veces de manera explícita como aquel año que empezaron con el himno socialista y comunista de la lucha de clases, del golpe de Estado (cuando los ejecuta la izquierda se llaman revoluciones) y de la dictadura (del proletariado, por añadir algo). Es decir, la misma melodía que tuvo durante años la totalitaria, imperialista, dictatorial y genocida Unión Soviética y que siguen manteniendo los partidos políticos que no reniegan del marxismo.

Y finalmente, no es cultura porque la inmensa mayoría de los chiringuitos presentes son gastronómicos y lúdicos. Y a no ser que los Parques de Atracciones y los restaurantes (por otra parte, lugares muy dignos de visitar) tengan el mismo nivel cultural que las Bibliotecas o la Real Academia de la Lengua, se puede colegir que la supuesta Semana Negra no es muy cultural que digamos.

Es verdad que hay algunos puestos de libros, pero creo que el puesto de la Fundación Marx-Engels o de editoriales “próximas” (es decir, favorables) al “mundo” de la “izquierda radical vasca” (es decir, proterroristas) no parecen ser fácilmente etiquetables como culturales. Igualmente, casi todos los autores que pululan por ella (invitados, por supuesto, con el dinero de los gijoneses) no se suelen caracterizar por una apertura de miras en cuanto a sus opiniones políticas.

martes, 1 de julio de 2014

Inexactitudes, falsedades y mentiras aparecidas a raíz de la abdicación del Rey Juan Carlos I y la proclamación del nuevo Rey de España Felipe VI
Es imposible entender nuestra Historia tal y como se cuenta hoy en día

Entre la multitud de declaraciones que se sucedieron a raíz de la abdicación del Rey de España Don Juan Carlos I hubo unas cuantas que se alejaron bastante de la realidad, bien por ser falsas o bien por silenciar la verdad de los hechos.

La Monarquía en España existe hoy gracias a la Restauración de la misma llevada a cabo por el Generalísimo Franco. Negarlo es negar la evidencia. Pero el Caudillo no instauró la Monarquía de la nada, simplemente devolvió sus derechos sucesorios a la Dinastía reinante antes del corte provocado por la irrupción antidemocrática e ilegítima de la República después de unas elecciones municipales en las que los resultados fueron cuando menos bastante similares para monárquicos y republicanos (¿es democrático cambiar de Régimen después de unas elecciones municipales? ¿Por qué la II República no convocó un Referendum para legitimarse o para aprobar la inicua y sectaria Constitución de 1931?).

Francisco Franco no tuvo en vilo a Don Juan Carlos hasta que éste juró como Sucesor del Generalísimo a Título de Rey; simplemente cumplió con lo establecido en la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado aprobada en referendum por el pueblo español en 1947. En ella, España quedaba definida como un “Estado católico, social y representativo” que se constituía como Reino. El Sucesor de Franco debía ser un varón, católico, español y mayor de 30 años. Don Juan Carlos había nacido en 1938, por lo que hasta 1968 no podía ser designado por las Cortes Españolas como Sucesor del Caudillo.

España no ha vivido en estos últimos 40 años el mejor período de su Historia. Se puede decir que no fue de los peores. Pero se me ocurren otros mucho más brillantes de nuestra Historia. Por ejemplo, los reinados de los Reyes Católicos, Carlos I de España, Felipe II, Felipe V, Fernando VI, Carlos III, Alfonso XIII (incluida la época de Primo de Rivera) y el Régimen del Generalísimo Franco.

España en 1975 no estaba aislada internacionalmente. Mantenía relaciones diplomáticas con una gran mayoría de naciones y era miembro de pleno derecho de la ONU desde 1955. Con la entonces Comunidad Económica Europea había firmado en 1970 un Acuerdo Económico preferencial. Esa CEE se componía de sólo 6 países (los tres del Benelux, Francia, Alemania e Italia) en 1973. Ese año se unieron Gran Bretaña, Irlanda y Dinamarca, naciones que según esa curiosa teoría estaban también aisladas internacionalmente.

En 1975 se había erradicado de facto el analfabetismo en España (alrededor del 40% de analfabetos todavía en la época de la II República), la escolarización era obligatoria hasta los 14 años (la EGB de la Ley General de Educación de 1970), la Seguridad Social había sido creada por el Régimen del Generalísimo Franco tanto en lo concerniente a las pensiones y al mundo laboral como a la atención sanitaria (de la década de 1960 datan la mayor parte de los Hospitales y Residencias Sanitarias que hay hoy en día en España), el porcentaje de paro en España era del 3% y el nivel de vida era inferior al francés (por poner a la nación vecina de ejemplo) en un nivel semejante al de hoy en día.

El Régimen del Generalísimo Franco no se “apropió” de los símbolos de España (escudo, bandera, himno, historia), simplemente recuperó los que la II República había cambiado. Que una parte mayoritaria de la izquierda no respete los símbolos de  España (la bandera bicolor, el himno, la historia…) no es por el franquismo, es por odio a España. En Portugal (o en Italia o en Alemania), la izquierda podía decir que el Régimen de Oliveira Salazar se apropió de los símbolos portugueses, pero los izquierdistas lusos no tienen ningún problema en enarbolar su bandera nacional, al contrario de lo que pasa en España.

Cada vez que se habla de la Historia de España se percibe un desconocimiento total o una deplorable manipulación basada en la interpretación de los hechos pasados según la ideología presente del que los enjuicia. Es necesario que desaparezca la manipulación marxista o progresista de la Historia empeñada en contar una versión falsa del pasado para justificar el presente.