viernes, 18 de julio de 2014

Ni cultura, ni Semana ni Negra
Por fin se acabó la exaltación marxistoide de la cultureta

Se hace llamar Semana Negra y afirman los que lo organizan que es un acto cultural. No parece ser ni lo uno ni lo otro. Lo pagamos todos los gijoneses, nos guste o no, y exalta el marxismo, una ideología caduca, sectaria y agresiva.

No es una semana porque dura 10 días, es decir, una década. Curiosamente, los revolucionarios franceses de 1789 también cambiaron efímeramente la semana por la década porque, ignorantes ellos, creían que la semana era un “invento” cristiano.

No es negra porque es fundamentalmente roja. Unas veces de manera explícita como aquel año que empezaron con el himno socialista y comunista de la lucha de clases, del golpe de Estado (cuando los ejecuta la izquierda se llaman revoluciones) y de la dictadura (del proletariado, por añadir algo). Es decir, la misma melodía que tuvo durante años la totalitaria, imperialista, dictatorial y genocida Unión Soviética y que siguen manteniendo los partidos políticos que no reniegan del marxismo.

Y finalmente, no es cultura porque la inmensa mayoría de los chiringuitos presentes son gastronómicos y lúdicos. Y a no ser que los Parques de Atracciones y los restaurantes (por otra parte, lugares muy dignos de visitar) tengan el mismo nivel cultural que las Bibliotecas o la Real Academia de la Lengua, se puede colegir que la supuesta Semana Negra no es muy cultural que digamos.

Es verdad que hay algunos puestos de libros, pero creo que el puesto de la Fundación Marx-Engels o de editoriales “próximas” (es decir, favorables) al “mundo” de la “izquierda radical vasca” (es decir, proterroristas) no parecen ser fácilmente etiquetables como culturales. Igualmente, casi todos los autores que pululan por ella (invitados, por supuesto, con el dinero de los gijoneses) no se suelen caracterizar por una apertura de miras en cuanto a sus opiniones políticas.

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