jueves, 5 de febrero de 2015

Dos millones de niños asesinados desde 1985 a causa de la legalización del aborto
Es justo y necesario luchar a favor de la vida y en contra la cultura de la muerte

En 1985 se promulgaba la primera ley del aborto efectiva en toda España. Se despenalizaba el aborto, es decir, seguía siendo un delito pero no era castigado, en el caso de llevarlo a cabo si se cumplían algunos de los siguientes tres supuestos: peligro para la salud psíquica o física de la madre, malformaciones del feto, violación.

En estos tres casos la madre podía eliminar a su hijo siempre que los justificara convenientemente. En la práctica, mediante el etéreo supuesto de peligro para la salud psíquica, el aborto era prácticamente libre en España. De hecho, el 97% de los abortos se realizaban según dicho supuesto.

En 2009, ante la aparición de casos de clínicas abortistas que incumplían la ley de supuestos y asesinaban a los niños en cualquier momento del embarazo, de nuevo un gobierno socialista, esta vez encabezado por Rodríguez Zapatero, decidió ayudar a los abortistas para que no tuvieran ningún problema con la justicia y por ello convertió la eliminación de niños en el vientre de sus madres en un derecho durante las 12 primeras semanas de embarazo. Y en algo bastante sencillo de conseguir en las siguientes semanas de embarazo.

Con esta Ley del aborto ahora vigente la vida de los niños está en manos de su madre durante nueve meses, durante los cuales ésta puede decidir (o ser obligada a decidir) que quiere eliminar a sus hijos y el Estado y la ley (injusta en este caso) lo permiten. El hijo no está protegido y durante nueve meses su vida no vale absolutamente nada a pesar de ser una persona desde el mismo momento de la concepción. Por su parte, el padre, al que luego se le exigirá, como es lógico, que se ocupe de los hijos, queda durante los meses del embarazo sin opinión sobre la vida de sus hijos.

Urge, pues, cambiar esta ley inicua. Pero no es sólo cuestión de leyes. Es necesario recuperar la alegría por la vida, proclamar la bondad y belleza de todas las vidas en todos los momentos de las mismas. Y es cuestión vital que los más jóvenes se desintoxiquen del virus de la cultura de la muerte inoculada por los que odian la vida y consideran que es algo totalmente intranscendente. Lograrlo es tarea de todos.


Para tener una opinión más fundada sobre la gravedad del aborto, busque en Internet imágenes de abortos provocados.

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