El terrorismo es siempre criminal y
condenable
Todos los terrorismos son malos, ya sea
el islamista, el de extrema izquierda o el separatista
Porque
hubo una época en la que en España y en algunos países de Europa (Francia,
Italia, Bélgica y otros), centenares de miles de personas convocadas,
normalmente, por socialistas y comunistas salían a las calles para apoyar a los
terroristas separatistas de extrema izquierda que sufrimos en España. Y cuando
justamente eran juzgados según la legislación vigente en España y condenados
por sus crímenes nadie debería haber apoyado a los terroristas.
Desgraciadamente, muchos españoles y europeos apoyaron (y algunos todavía
apoyan) a los terroristas. Incluso algunos los defendieron, los animaron, los
incitaron a seguir su carrera criminal, se aprovecharon de sus crímenes,
justificaron sus asesinatos si servían a sus propósitos políticos,
diferenciaron etapas como si hubiera crímenes justificables en razón de
situaciones políticas…
Hoy
en día, el terrorismo islamista asesina en cualquier lugar (Francia, Dinamarca,
Siria, Irak, Egipto…). Los terroristas, a veces, son abatidos por las fuerzas
de seguridad en caliente o son juzgados y condenados a elevadas penas de cárcel,
a cadena perpetua o a muerte según la legislación vigente. Nadie o muy pocos (colaboradores
del terrorismo islamista, grupos antisistema, extremistas…) tratan a los
criminales de refugiados, de patriotas o de luchadores por la libertad. La
opinión pública considera a los asesinos unos criminales y no gente que lucha
por un ideal. Las víctimas son, generalmente, honradas y homenajeadas.
Eso
ocurre ahora cuando el terrorismo ataca en países de Europa que hasta ahora no
sufrían esta lacra. Qué pena que este descubrimiento para algunos no lo
hubieran hecho unos cuantos años antes, cuando en España un grupo de criminales
terroristas acribillaba a personas inocentes y pretendía establecer una
dictadura marxista en una parte de nuestra Patria o cuando otros terroristas de
distintas organizaciones pero con ideas similares asesinaban, extorsionaban y
amenazaban a los que no pensaban como ellos. Algunos, entonces, se sentían más
próximos a los criminales que a las víctimas. ¿Alguna vez pedirán perdón por
ello?
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